Teóricamente, yo soy muy de preocuparse por las cosas cuando pasan. Ni antes ni después. Más que nada, porque desde un punto de vista práctico, no sirve de absolutamente nada. No solucionas nada preocupándote por adelantantado, y además corres el riesgo de hacer el tonto si lo que te preocupa finalmente no pasa. Y preocuparte después en un absurdo por definición.
Todo eso lo tengo claro, estoy de acuerdo, soy una fan ultraconvencida y bla-bla-bla.
El problema es que últimamente estoy desobedeciéndome a mí misma. El caso es que la angustia que vengo sintiendo me sonaba familiar, era como un déjà vu (siempre tengo la dudad de cómo se escribe, ¿estará bien así?); y es porque ya lo había sentido antes. Más o menos para estas fechas, qué curioso...
No voy a escribirlo otra vez, porque es casi palabra por palabra lo que me pasa por la cabecita. Además, sospecho fuertemente que el estar a punto de cumplir 33 años no me está ayudando nada de nada. Sé que suena a tontería, la crisis de los 33, la gente se ríe de mí y le resta importancia. Pero ahí está, sea ridículo o no. Siento que ya tengo 33 años y que no tengo nada.
Por supuesto no lo digo en voz alta (ni esto ni otras cosas) porque enseguida se me hechan encima los que me escuchan, haciendo de menos eso que me angustia. Y no lo digo de malas: es una forma de consolarme cuando se me aguan los ojos. Si fuera yo la que escuchara eso, también lo haría así. Seguramente empezaría con un anda y no digas tonterías. A continuación enumeraría todo lo que tengo... Pero extrañamente no soy capaz de ver lo medio lleno y casi hasta arriba que está el vaso, que es lo que me digo a mí misma en los pocos momentos de lucided y optimismo que tengo. Pero no me autocreo, en realidad. Veo el vaso medio vacío y la posibilidad de que se vacíe aún más.
En fin, será que este año no es mi año...
Pues anda que como se acabe el mundo menudo desperdicio.
______________
Este sentimiento tiene hasta banda sonora...
Todo eso lo tengo claro, estoy de acuerdo, soy una fan ultraconvencida y bla-bla-bla.
El problema es que últimamente estoy desobedeciéndome a mí misma. El caso es que la angustia que vengo sintiendo me sonaba familiar, era como un déjà vu (siempre tengo la dudad de cómo se escribe, ¿estará bien así?); y es porque ya lo había sentido antes. Más o menos para estas fechas, qué curioso...
No voy a escribirlo otra vez, porque es casi palabra por palabra lo que me pasa por la cabecita. Además, sospecho fuertemente que el estar a punto de cumplir 33 años no me está ayudando nada de nada. Sé que suena a tontería, la crisis de los 33, la gente se ríe de mí y le resta importancia. Pero ahí está, sea ridículo o no. Siento que ya tengo 33 años y que no tengo nada.
Por supuesto no lo digo en voz alta (ni esto ni otras cosas) porque enseguida se me hechan encima los que me escuchan, haciendo de menos eso que me angustia. Y no lo digo de malas: es una forma de consolarme cuando se me aguan los ojos. Si fuera yo la que escuchara eso, también lo haría así. Seguramente empezaría con un anda y no digas tonterías. A continuación enumeraría todo lo que tengo... Pero extrañamente no soy capaz de ver lo medio lleno y casi hasta arriba que está el vaso, que es lo que me digo a mí misma en los pocos momentos de lucided y optimismo que tengo. Pero no me autocreo, en realidad. Veo el vaso medio vacío y la posibilidad de que se vacíe aún más.
En fin, será que este año no es mi año...
Pues anda que como se acabe el mundo menudo desperdicio.
______________
Este sentimiento tiene hasta banda sonora...
Crisis, crisis...
You can't get away!
Crisis, crisis...
I need you on my side cause there's a crisis.
You can't get away!
Crisis, crisis...
I need you on my side cause there's a crisis.